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Torá en Español

Old Hebrew Prayer Book

Operación Pilar Defensivo

Una lucha desigual

Noviembre 2012

Mi hija de nueve años –con la inocencia que sólo un niño puede tener- me preguntó hace unos días por qué Israel fue creada en este punto del planeta.

Me vino en mente aquella vieja historia de los ángeles quejándose ante Dios. Dios repartía las tierras a los diferentes pueblos del planeta y los ángeles observaron a la Tierra de Israel. “¡No es justo!”, dijeron al Soberano del mundo. “¿Por qué razón al pueblo judío le has asignado una tierra tan bella?”. “No preocuparse”, dijo Dios. “¡Ya van a ver los vecinos que les voy a dar…!”.

Sin embargo, nada en el Medio Oriente es tan simple y esquemático como en esta historia. Se sabe que la tierra de Israel tiene mucha más historia que geografía.

La inocente pregunta de mi hija no es más que otra expresión de sus miedos.

Crecí escuchando historias de mi abuela Rebeca, de bendita memoria, acerca de su infancia durante la Primera Guerra Mundial. La escuché hablar de sus miedos, del frío y sobre todo del hambre. “Era un poco más grande de lo que sos ahora”, me decía a mis nueve años.

Hoy es mi hija quien tiene esa edad. Y si bien las diferencias entre aquel conflicto europeo y el conflicto del Medio Oriente son enormes, en lo más profundo del alma de un niño las pesadillas se parecen. El miedo a morir atraviesa tiempos y edades. Hoy, el frío del que hablaba mi abuela, se convierte en sirenas; su hambre se convierte en misiles. Pero el miedo las iguala.

En el mundo se le pide a Israel prudencia. Se le pide darle una oportunidad a Abu Mazen y fortalecer a la Autoridad Palestina. Se le pide, en definitiva, sufrir sin hacer escándalos. Terminar con el Hamas sin disparar balas. Llevar adelante una represalia proporcional para que el conflicto sea perfectamente simétrico.

Y lógicamente, como ocurre en todos estos últimos años, la reacción de Israel no es proporcional. El Estado judío, nuevamente, lleva adelante una represalia asimétrica.

Para que la campaña israelí sea simétrica, pues debieran haber caído indiscriminadamente centenas de mísiles sobre la población civil de Gaza.
Para que dicha lucha sea simétrica, nadie en Gaza debiera sentirse seguro, siquiera en un hospital. Israel sabe que es allí –en los sótanos del Hospital Shifa en la franja de Gaza- donde se esconden los popes del Hamas. Y éstos saben que Israel, quien siempre lleva adelante una lucha “desigual”, jamás haría sentir su poder de fuego allí. Mientras tanto, los cohetes de Hamas siguen impactando a pocos metros de la Maternidad de Ashkelon.

Ciertamente esta lucha es desigual.

Para volverla simétrica, Israel debiera dejar desamparada a su población civil…como lo hace Hamas.
¿Para qué hacer sonar sirenas para anticipar los cohetes? ¡Que los israelíes los huelan venir!
¿Para qué construir en calles y casas refugios antimisiles? ¡Que se escondan como ratas en las alcantarillas!
¿Para qué desarrollar un complejo sistema como la “Cúpula de Hierro”? ¡Que atajen los cohetes con sus cabezas!

El mundo debiera ser más cuidadoso al exigirle a Israel una respuesta “proporcional” a los ataques del Hamas.

Todo país, a través de su política exterior y de sus fuerzas de seguridad, aspira a defender sus propios intereses nacionales. Sin embargo, en el caso de Israel, esta premisa es sólo teórica. El interés nacional primordial de Israel es que su gente pueda dormir a la noche sin miedo a ser perforado por una lluvia de cohetes qassam.

Israel lleva adelante su lucha dentro de sus propias fronteras; no maneja esta campaña a control remoto. No aprieta un botón en Tel Aviv para hacer detonar un explosivo en una inhóspita cordillera de Afganistán. Las detonaciones se escuchan por la ventana, unos pocos metros por encima de nuestras cabezas.

….

La Torá nos cuenta que –al salir de Egipto- los hijos de Israel marchaban por el desierto guiados por un pilar de nubes. Sin embargo, no era una única nube; los hijos de Israel marchaban por el desierto acompañados por un “ejército” de nubes que los rodeaba a cada costado.

De acuerdo al Talmud, estas nubes tenían un efecto disuasivo. Pero al morir Aharón se retiraron e Israel quedó expuesto a los embates de sus enemigos. Esto resulta más que evidente por la forma en que se desarrollan los acontecimientos en el libro de BeMidvar. Nos dice la Torá: “Y vio toda la comunidad que murió Aharón” (BeMidvar 20, 29) e, inmediatamente después, “Y oyó el cananeo…morador del sur… y peleó con Israel” (BeMidvar 21, 1).

No es casual que Israel haya llamado a esta campaña “Pilar de Nube”.

De haber existido la Liga Árabe en tiempos bíblicos ya habría elevado el caso ante el Concejo de Seguridad de la ONU y sentaría a Dios ante el banquillo de los acusados en una Corte de La Haya…

¿A quién se le ocurre llevar adelante una lucha tan desigual?

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