Torá en Español
Sefirat Haomer
El colapso del amor al prójimo
Los días del omer están muy vinculados a la figura de Rabí Akiva.
Rabí Akiva, figura emblemática del pueblo judío en época de la Mishná, tenía –de acuerdo a nuestras fuentes- doce mil parejas de alumnos. No cabe duda alguna de que se trató de una figura con un carisma muy particular, con habilidades destacadas para transmitir a las multitudes el mensaje vivo de la Torá.
Lo que llama poderosamente la atención es que dichos discípulos, de acuerdo a una antigua tradición rabínica, fueron atacados por una plaga y murieron todos juntos durante los días de la cuenta del Omer. Dicha plaga, cesó el día treinta y tres de dicha cuenta (de allí el nombre LaG, que en gematria suma treinta y tres).
El Talmud especifica incluso el pecado que desencadenó dicha tragedia: Los alumnos de Rabí Akiva murieron por no haber sido respetuosos entre ellos (Ievamot 62b).
Este episodio llama poderosamente la atención, no sólo por su naturaleza trágica. Nuestras fuentes nos dicen que de acuerdo a Rabí Akiva, el precepto "Amarás a tu prójimo como a tí mismo" (VaIkrá 19, 18) es uno de los principios fundamentales de la Torá. Posiblemente este versículo haya sido la mejor síntesis de la visión educativa de dicho Sabio.
¿Cómo es posible que dichos alumnos -que se vieron expuestos por años a la figura de Rabí Akiva- no hayan podido absorver la máxima que regía la vida de su maestro?
¿Cómo es posible que hayan tropezado justamente con la piedra del irrespeto, cuando su Rabino enseñaba Torá bajo el prisma del amor al prójimo?
Y agregaría otra pregunta vinculada al modo en que se celebra Lag Ba-Omer en la sociedad israelí:
¿Cómo es posible que se rememore esta fecha cantando y bailando alrededor de fogatas alimentadas por maderas robadas de parques públicos (¡y privados!) que –en muchos casos- son llevadas a destino en carros que han sido hurtados para tal fin de los supermercados barriales?
Es una gran paradoja.
En Israel, Lag Ba-Omer, fecha que debiera ser un día de alegría y reflexión -dado la naturaleza del pecado de los alumnos de Rabí Akiva- es celebrado multiplicando dicho pecado: de manera vandálica y descontrolada.
Tal vez debamos comprender que la visión educativa de Rabí Akiva, sintetizada en el versículo "Amarás a tu prójimo como a tí mismo", es una visión que debe atravesar el tiempo y las generaciones. Y nosotros somos los que debemos "recoger el guante" y ubicar dicha visión como principio rector de nuestra sociedad en el moderno Estado de Israel.